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Recursos Humanos y Tecnología



En la visión de Ariel Kievsky, Director de la Maestría de Recursos Humanos de la UdeSA, la transformación tecnológica representa desafíos, pero también oportunidades que demandarán una gestión adecuada y racional de las competencias y de las relaciones laborales.

Hacer futurología en tiempos actuales de tanta transformación es muy difícil pero sí se puede realizar una aproximación de lo que puede llegar a pasar”. Con esta apreciación de inicio en el intercambio con Revista CADAM, el Licenciado en Educación Ariel Kievsky, Director de la Maestría en Recursos Humanos de la Universidad de San Andrés, nos introdujo en la Transformación Tecnológica y el ámbito del Trabajo. “Es muy sano y pertinente que las personas en el mundo laboral y de las empresas se preocupen por el futuro y los desafíos que hoy se plantean. Los cambios tecnológicos siempre han alterado la situación del empleo”, aseguró.

Contexto Histórico

A modo de introducción, es inevitable hacer una referencia a las transformaciones que a lo largo de los últimos siglos influyeron en los modos y prácticas laborales y sus consecuentes avances e innovación. A tal fin, Kievsky nos acerca algunas experiencias que resultaron determinantes en la historia del trabajo. “En los albores de la Revolución Industrial, había individuos que atacaban las fábricas en señal de repudio a los cambios vigentes. La aparición de las máquinas tejedoras y tantas otras obligó a las actividades artesanales a reconvertirse o caducar en sus funciones. Otro claro ejemplo fueron los conductores de sulky que realizaban diversas tareas. Con la aparición del automóvil hace más de 100 años, éstos debieron claudicar en su actividad o aggiornarse a los nuevos vehículos. En los grandes castillos de Europa, solía haber casi 200 trabajadores cuya función era casi exclusivamente prender las velas de todo el castillo. Al sobrevenir la luz eléctrica, todos ellos quedaron sin sus quehaceres cotidianos. Hoy, los aviones son operados en un 90% de modo automático. También sufrirán esa transformación los automóviles en un futuro muy cercano”, reseña Kievsky, especializado en Recursos Humanos.

¿Qué implican los cambios tecnológicos?

La aceleración de los cambios tecnológicos en el Siglo XX -innumerables por cierto- también han requerido un proceso de desarrollo, adecuación y capacitación para amoldarse a lo nuevo. Seguramente, hay actividades y oficios que van a desaparecer. Eso es inevitable pero de allí a que el trabajo vaya a extinguirse como categoría humana es improbable. Hoy, hay supermercados sin cajeros en otras partes del planeta. Tampoco es algo novedoso que la automatización y la robotización llevan décadas en las automotrices y otros tipos de industrias. Para las empresas, esto implica un gran desafío: o se actualizan y se adaptan o dejarán de ser competitivas.

Kievsky se plantea si “¿la tecnología actual representa una palanca o una barrera para el ámbito laboral y los trabajadores? Creo que hay muchos cucos. Yo no estoy de acuerdo con los cucos. Aún en nuestra vida cotidiana, con los celulares inteligentes hemos incorporado la digitalización de modo importante en nuestras acciones diarias. Se han impregnado en nuestra rutina. Y sobre todo en el quehacer laboral, debemos concebir la tecnología como un potenciador en la gestión y en los procesos.

Esto no significa que debamos convertirnos en tecnólogos. Uno debe ser un usuario inteligente y amigable de los nuevos recursos tecnológicos. Hay que maximizar las ganancias y atenuar las pérdidas, sobre todo cuando implica un costo personal para los empleados. No creo en el recurso humano descartable como política empresaria, aunque hay de todo. Buenas y malas prácticas. Así como hay empresas que contratan personal en negro, hay otras que nunca lo harían”, afirma el profesor de la Universidad de San Andrés, con la sabiduría obtenida durante décadas como Consultor para varias de las empresas de más relieve y peso del país. Sobre la problemática de los empleados mayores en edad y la adecuación a las exigencias actuales, no vacila en comentar que “quienes tienen más años pueden reconvertirse y adaptarse. Poseen conocimientos y experiencia que resultan muy valiosos. La única capacidad no es la tecnológica. Es sólo una parte y las entidades económicas no se desprenden de su gente de modo liviano. Esa reconversión es gradual, es progresiva y es posible”, afirmó. 

Kievsky se interroga. “¿Hay trabajos que van a desaparecer? Sí. ¿Hay otros que se están creando? Sí. Hay nuevas competencias y habilidades que hoy se requieren para poder manejarse con idoneidad. Podemos observar los desafíos de las empresas siendo un tema de inversión en su capacidad competitiva y, por otro lado, podemos mirar la tecnología desde la visión de la fuerza laboral como así también desde la gestión de las personas en la organización. El desafío para las empresas es delimitar cuánta tecnología pueden incorporar en función de sus posibilidades y exigencias.

Hay mucha tecnología que se ha vuelto más accesible, económica y potente a la vez. Incluso una computadora Apple o un teléfono inteligente otorgan cierta automatización de los procesos que posibilitan facilidades y capacidades para encarar y resolver acciones y gestiones. Lógicamente, todo esto implica una inversión y depende también del tamaño de la empresa y del rubro en cuestión”

Al señalar el avance de la robotización en su propio ámbito de actividad, Kievsky comenta que “en Recursos Humanos ya existen máquinas que realizan entrevistas de selección con capacidad para repreguntar e interactuar con los postulantes. Esta es una señal inequívoca del advenimiento de la Inteligencia Artificial. Por supuesto que la evaluación final es hecha por las personas pertinentes pero esa primera gestión simplifica y agiliza los procesos. Y en lo académico, también hemos tenido que aggiornar programas de estudios dada la evolución constante en este sector”. Mirando con perspectiva el pasado manifiesta que “A través del tiempo, los cambios tecnológicos han mejorado notablemente la situación de los trabajadores y su calidad de empleo”.

Demanda y oferta de trabajo capacitado 

Una de las verdades que deparan las estadísticas y la realidad de nuestros días es el desequilibrio entre las exigencias que depara la actividad económica y tecnológica de hoy, la Demanda y la Oferta de profesionales disponibles capacitados para esas funciones.

Kievsky aporta otro dato histórico: “En los albores de la Revolución Industrial, no había gente capacitada para revisar, reparar y realizar el mantenimiento de las máquinas”. Más acá en el tiempo, señala que otro ejemplo es Microsoft, empresa que en sus primeros años no encontraba los programadores necesarios entre los estadounidenses. Asegura que “éste es el gran desafío. Así como las empresas deben reconvertirse, las personas también, de la mano de sus mismos empleadores o por iniciativa propia. Esto es inevitable. Hoy, la oferta no cubre la demanda. Faltan recursos humanos suficientes con las competencias adecuadas y profesionales en cantidad necesaria para cubrir el mercado. Esto es lo que se ve. Hay una demanda de más gente con formación tecnológica. El boom en este sector y su crecimiento exponencial requieren de más personas que puedan llevar adelante las tareas. Cuando hablamos de tecnología como una herramienta de trabajo debemos visualizarla como una sustancial mejora en la producción y servicios para la Sociedad toda”.

 

 

¿Debe el Estado orientar la formación académica?

Más allá de las políticas de Estado en ese sentido, es el mercado en sí mismo quien está estimulando y atrayendo estudiantes a partir de una demanda voraz en esas aptitudes requeridas. Son carreras llenas de oportunidades que retribuyen bien y que resultan muy interesantes para las nuevas camadas de profesionales. Las empresas tienen que reconvertirse en donde haga falta y no de manera indiscriminada. Los cambios tecnológicos afectan a las fábricas, empresas y trabajadores creando oportunidades y generando riesgos. 

Uno de esos riesgos es “la obsolescencia. Sucede cuando lo que uno sabe hacer no es lo que se necesita y cuando para lo que se necesita no hay capital humano disponible. Por otra parte, hay una tendencia cada vez más fuerte e intensa en las empresas a estimular el capital social y los espacios colaborativos e impulsarlo como un valor.  El profesional que no se adapte a esto va a quedar obsoleto desde la gestión”, sostuvo. En cuanto a tendencias y preferencias de género a la hora de desempeñar diversas actividades, Kievsky asegura que “hay aspectos en distintos países de índole cultural como las afinidades. Históricamente, las mujeres acaparaban las tareas relacionadas con los cuidados, incluso actualmente son mayoría en el sector de Recursos Humanos y no tanto en los procesos productivos. Es difícil y aventurado hacer proyecciones en épocas como esta de tanta transformación, pero no hay dudas que la tecnología irá equiparando las aptitudes y las posibilidades”.

Coordinación con los sindicatos

La transformación en el área tecnológica afecta de manera distinta a dos grupos. Están los oficios más mecánicos que pueden ser reemplazados por tecnología o que demandan cambios en las competencias de las personas, y el mundo de la Inteligencia Artificial, que es más complejo porque requiere una capacitación más específica y minuciosa. Sobre esto y el rol de los responsables de los sindicatos, el catedrático Ariel Kievsky indica que “cuando la tecnología afecta la existencia misma de la fuente laboral, allí hay un tema que resolver con los representantes sindicales. Con la automatización de tareas, sí hay entonces algunos oficios que pueden desaparecer. Hay que trabajar en conjunto con ellos porque se conforman como actores claves, posibilitando u obstruyendo el desenvolvimiento de las actividades laborales.

Todo esto genera oportunidades y desafíos que deben resolverse en un marco de viabilidad y respeto mutuo”, reclama Kievsky, como la forma más expeditiva de alcanzar acuerdos y consensos.