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EDITORIALES

por Alberto Guida

¿Y SI EMPEZAMOS POR NOSOTROS?


Por Alberto Guida

Las vivencias comerciales en nuestro país son apasionantes, porque no comprenden solamente el hecho del desafío
competitivo, sino se trata de superar las viscisitudes de las reglamentaciones, impuestos, bonos y aportes que determinan el gobierno, la provincia, el municipio y los sindicatos, todo lo cual por supuesto es antagónico y con criterios de aplicaciones diferentes, en base a sus propias necesidades y al desconocimiento de toda la actividad sobre la cual implementan sus decisiones.


Este laberinto de supervivencia no es para todos y mucho menos para emprendedores o PyMEs, cumpliendo la primera premisa de incongruencia, a partir de que sostienen que el desarrollo del país depende de estas figuras. La segunda premisa es no mantener un sistema estable, sino modificar en forma continua todas las reglamentaciones vigentes, además de generar nuevos impuestos.


Sin lugar a dudas el concepto autónomo del federalismo se aplica de modo óptimo, porque nadie piensa en el otro, sino en su propia recaudación y mucho menos en lo que significa sumar estas necesidades recaudatorias individuales y su impacto negativo sobre la necesidad de todos.


Sobre esta base pretendemos los mejores salarios y el desarrollo del consumo interno y la exportación, digamos la tercera premisa incongruente. Los productos terminan siendo más caros en nuestro país que en cualquier parte del mundo y por ende resultados negativos en todos los objetivos planteados.


En esta perspectiva se me ocurre el famoso “Plan Base 0". Qué pasaría si comenzamos haciendo las cuentas nuevamente y llegamos hasta los parámetros que indicativamente aplican los países exitosos y cada uno de los habitantes de esta “nueva Argentina” asume el lugar correspondiente que sustenta su propia productividad. Lo complejo es que cada participante no solo considera no ceder nada...sino a ir por más, porque no estamos dispuestos a respetar lo que corresponde al otro, más allá del derecho que tenga.


Lamentablemente nuestra cultura no prioriza a la Argentina, ni a las provincias, ni a los municipios, además de la falta de conciencia social, simplemente cada uno se prioriza a sí mismo y es esto lo que verdaderamente impide revertir nuestra histórica situación, que no logra definir la agenda de país que queremos.