EVENTOS
Observatorio Político 2018: Sergio Berensztein

El Gobierno fue creciendo de menos a más y ahora se encuentra ante un desafío mayúsculo, debe bajar la inflación y reducir el déficit fiscal ajustando el empleo publico y los subsidios, encarando una reforma por tramos, mientras trata de atenuar los costos políticos de sus decisiones.
En el Sheraton Pilar Hotel & Convention Center se desarrolló el Observatorio Político donde el analista Sergio Berensztein disertó sobre las expectativas poselectorales y las reformas encaradas por el Gobierno.
“Dentro de las actividades de la Cámara planteamos a lo largo del año tres Observatorios, hoy es el turno del Observatorio Político y tenemos un invitado de lujo”, presentó Alberto Guida, Presidente de CADAM. “Sergio Berensztein, Analista Político, Director en Berensztein®, Doctor y Magister en Ciencias Políticas de la Universidad de North Carolina, Licenciado en Historia UBA, Profesor de la UTDT”.
“Estoy aquí para tratar de compartir una visión con la ventaja de haber superado el proceso electoral en la Argentina, para tener un panorama más claro de cómo se está recomponiendo la política argentina luego de la elección de 2015 que fue un terremoto”, arrancó Berensztein. “Los terremotos después tienen reverberancias, las placas tectónicas tardan en acomodarse. Lo que estamos viendo en estos dos primeros años son pequeños cambios a partir de ese gran quiebre original, fue importantísimo porque termina de definirse un nuevo balance del poder. Está más claro quién es quien, se fortalece mucho la coalición oficialista, se fragmenta la oposición, aparece una agenda nueva por parte del Gobierno, mucho más decidida a resolver, gradualmente pero resolver al fin, el principal problema, el mayor flanco de vulnerabilidad que tiene este sistema que es el déficit fiscal. Los cambios han sido significativos, no solo en la política electoral sino en las consecuencias que las elecciones han tenido en la agenda del Gobierno. Esto afecta a los negocios”.
“En principio el Gobierno busca mejorar el clima de negocios, que las empresas tengan más rentabilidad, que haya más competitividad, que haya más inversión, más movimiento, que se recupere el consumo y que salgamos de esta larga situación bastante rara de estancamiento con inflación que tuvimos entre 2011 y 2016. Son 5 años de estanflación, es mucho”.
“Cuando uno analiza, el principal problema que tenía el Gobierno era que se sentía débil. Se percibía débil después de la elección del 2015, había ganado por dos puntos en segunda vuelta, estaba en una situación compleja, no tenía mayoría en las Cámaras, 5 provincias sobre 24, no tenía expansión territorial, el liderazgo del Presidente surgía de una coalición electoral nueva. Cambiemos no era un partido, era una coalición que había sido exitosa, pero que no había sido probada en el desafío de gobernar, en un país donde el último presidente elegido democráticamente no peronista en terminar su mandato fue Alvear en 1928. Con lo cual terminar tampoco es poco”.
Ventajas para el Gobierno
“Primer punto: El sistema político es muy disfuncional y estamos desacostumbrados a buscar consenso. El Presidente aceptó esto como un hecho dado en los primeros dos años, ahora intenta romper esa dinámica, está en la búsqueda de consenso, veremos si lo logra, es innovador en sí mismo”.
“Segundo elemento: Hay un problema creciente de conflictividad en la Argentina, cualquier conflicto escala, ustedes lo ven todos los días, el Gobierno trata de moderar esos conflictos mediante acuerdos sectoriales, con los sindicatos, con los grupos sociales, a veces utilizando el poder del Estado vamos a ver como termina el asunto con los mapuches en el Sur”.
“La idea es bajar la conflictividad, generar un entorno donde el sector privado, los ciudadanos, tengan la percepción de que los conflictos se van resolviendo. Por eso el gasto público, cuando uno analiza porqué no lo bajaron los dos primeros dos años, fue una decisión política para mantener los conflictos acotados, es decir la gobernabilidad se compró con déficit fiscal. Ahora viene una situación más compleja porque van a aumentar la calidad del gasto. Focalizando en sectores vulnerables, van a sacar subsidios, van a hacer un poco más de austeridad, por eso gobernar es más difícil. Ahí hay un test”.
“Tercer elemento: Hay enorme desconfianza entre los actores políticos. No tanto entre diferentes partidos, sino dentro de un mismo partido. Hay una tendencia a las peleas internas. La fragmentación y al internismo. Eso debilita mucho a los actores sociales. Uno de los problemas que tiene la oposición es que están tan peleados entre sí que eso le permite al Gobierno ir navegando y capitalizando esa dificultad de coordinación que existe”. “Cambiemos no es un partido, es una marca que creó el Presidente, una marca muy efectiva, la gente cree que existe, eso es lo importante y eso se ha instalado como una fuerza política. Es el Presidente de la Nación. No es el Radicalismo, el Pro o la Coalición Cívica. Ese vacío, en un contexto en el cual todos los demás se pelean, que el Presidente tenga una unidad de criterio y un Gobierno ahora más consistente, más homogéneo. El 40 y pico por ciento de gente que lo sigue no es poco”, destacó.
“El último punto, que es un problema y a la vez es una relativa ventaja, es una historia de fragilidad institucional, Argentina viene con una dinámica muy compleja, de gobiernos que no terminan, de muchos conflictos, de ex presidentes con problemas legales. ¿Qué le ofrece el Presidente a esa Argentina tan conflictiva? Le ofrece un horizonte de seis años a partir de estas elecciones de relativa certidumbre. ¿Por qué?
Porque así como estábamos todos mirando las elecciones de Octubre, los inversores decían -Esperamos y vemos. Compramos LEBAC y vemos que pasa. Ahora como el Peronismo está tan dividido, el horizonte es 2023. ¿Cuánto hace que la Argentina no tiene el terreno despejado 6 años? Décadas. Eso para un país que viene con una dinámica tan compleja, no es menor”, aseguró Berensztein.
“Hay otro elemento que se puso de manifiesto en el G-20. El mundo se volvió un lugar tan imprevisible, donde EE.UU. que era el campeón del libre comercio ahora está rompiendo el NAFTA, donde el Reino Unido que era parte de la Unión Europea se divorció, donde la verdad que los márgenes de incertidumbre crecieron para todos, que un país que viene con una trayectoria compleja puede encontrar sus oportunidades. En un mundo donde todos se fueron al descenso, haberse ido al descenso no es tan malo” sentenció apelando a la metáfora futbolera. “A nadie le gusta pero bueno, Argentina tiene ese elemento diferenciador en una región donde Brasil tiene un enorme problema de liderazgo y vamos a ver si lo resuelve ahora en las elecciones, en México también hay dudas ahora hay un candidato un poco más serio, hay que ver cómo le va, en Colombia, el proceso de paz está muy parado. Hoy se está cultivando más droga en Colombia que la que había en la época de Uribe. La guerrilla quedó más desarticulada pero el problema de la droga, no. Venezuela es un colapso, Chile tiene reacciones, Perú tiene a todos los ex presidentes o presos o a punto de estarlo. En la región, el único país con cierta escala, que le ofrece al mundo algún tipo de liderazgo más o menos afín a lo que el mundo espera, es Argentina”, afirmó. “Estás características que eran tan típicas de la Argentina dejan de ser un peso tan negativo como lo fueron hasta ahora”.
“Desde la debilidad el Presidente decidió acumular poder. Sabiendo que el sistema político era muy maleable utilizó palancas, anclas. Como un barco en una tormenta tiró anclas. En un entorno incierto te dan certidumbre.
Primer ancla: fortalecimiento unilateral del Gobierno, por eso no pactó en el 2016. Desde la debilidad vas de punto, desde la fortaleza vas de banca. La agenda ahora del consenso, ¿quién la planteó? la planteó el Gobierno. Haber esperado dos años, haber fortalecido exitosamente la base electoral le permite ahora al Gobierno imponer los criterios de los qué y de los cómo.
Segunda ancla: Es el Presidente el que dice -Resolvamos el despelote histórico del Fondo del Conurbano. ¿Cómo? Este le cede a este otro y yo banco la diferencia. Después va al Congreso, le autorizan la deuda, resuelve. Nadie quería poner un mango, la termina poniendo el Presidente. El Presidente resuelve un problema histórico. Se convierte en un factor de resolución de conflictos inter-temporales entre las provincias utilizando los recursos de la Presidencia. Con la oposición fragmentada es mucho más fácil y obviamente el oficialismo se consolida. Acá aparece una duda, ¿es acaso el 42% un volumen electoral suficiente como para encarar un proceso de reformas que van a tener costos y esos costos se van a notar en la popularidad del Presidente? ¿Cuarenta y dos es mucho o es poco? Acá vienen las interpretaciones. ¿Sacaste el doble que Cristina? Si la distancia es entre 42 y 20 tenés margen. Pero no te sobra nada. No te sobra nada porque se te juntan dos o tres de los que están enfrente y te ganan. ¿Cómo sabemos esto? Porque fue lo que le pasó a Cristina”, recordó.
“Esto te da peso relativo porque los otros cuando se terminen de pelear, que en algún momento va a pasar porque en la práctica el poder que tenés surge del hecho de que está fragmentada efectivamente la principal fuerza que todavía tiene la Argentina que es el Peronismo, que es un partido muy distinto, pero cuando están cerca o ven la posibilidad de llegar al poder, se juntan detrás de un candidato. Como ese candidato aún no está, hay una relativa calma. Pero es una calma transitoria, una amenaza latente, y esto depende en buena medida de la capacidad que tenga el Gobierno para ir acotando los costos de la implementación de este programa. Detrás de este gradualismo permanente está la idea de ir acotando los costos para no generar ninguna ruptura que le permita a la oposición reconfigurarse ante la oportunidad de decir –A este le ganamos si nos juntamos”.
La inflación
“Hay un gran debate respecto de la cuestión de la inflación. Hay consenso que el subir la tasa de interés tiene más costos que beneficios pero el Presidente está obsesionado con este tema. Como no pudo hacer ajuste fiscal porque no tenía poder político en los primeros dos años se ocupó el Banco Central. Ahora en la etapa de mayor poder político empieza la etapa de mayor austeridad, de bajar el déficit, con lo cual el Banco Central va a poder ir aflojando de a poquito con la política de altas tasas a medida que se vayan cumpliendo las metas de este plan de desinflación, pero hasta ahora el único instrumento orientado a bajar la inflación. Como la tasa de interés es necesaria pero no suficiente, la inflación bajó un poco nada más. El gradualismo es casi una religión en el Gobierno porque quieren acotar los costos”.
“El tercer elemento que ha tenido un gran impacto ha sido la obra pública, esparcida por todo el país, es impresionante y ha tenido un impacto electoral muy significativo”.
Mencionó las razones que llevan a votar por el Gobierno a gente de zonas de escasos recursos donde antes se votaba tradicionalmente al peronismo. Entre ellas la percepción de lo que hace el Gobierno en la lucha contra la inseguridad que en esos barrios es crucial, la lucha contra el paco, la presencia de un Estado que se empieza a ocupar de cosas más que antes no se ocupaba, como la Educación. “Un 70% del voto tiene que ver con lo económico, un factor esencial es la obra pública. Porque es la presencia de un Estado que había estado ausente por décadas. Ocupándose de cosas muy básicas: iluminación, pavimento, veredas, agua potable y sobre todo conectividad, movilidad.
Una de las obras típicas que ha tenido mucho éxito, que en la vida del Gobierno le permitió a Macri en 2011 ganar la reelección a Jefe de Gobierno en la ciudad de Buenos Aires, es el famoso Metrobus. Que no es una solución sistémica, no existe en ninguna capital europea, es lo que se puede hacer cuando tenés financiamiento y el subte es utópico. Ahora el que tardaba dos horas en llegar al trabajo, de repente llega en 40 minutos, le cambiaste la vida. El Metrobus tiene otro dos elementos que llaman la atención: da seguridad porque está iluminado. Muchos esperan ahí que los pasen a buscar, sobre todo si son mujeres, esperan en un lugar seguro que aparte tiene cámara de video. Tiene un elemento adicional a la movilidad, que es la seguridad. Pero tampoco es eso lo más importante. La Ciudad hizo un convenio con varios intendentes para utilizar el SAME, que utiliza el carril rápido del Metrobus, antes no podía llegar hasta ahí. El hecho de poder llamar al SAME ya hace la diferencia. Estamos hablando de cosas elementales”, subrayó comentando resultados de encuestas realizadas por encargo.
“Hay una apuesta muy fuerte a la seguridad, con alguna sobreactuación, hay una política muy fuerte de desarrollo humano, liderada por Carolina Stanley desde el Ministerio de Desarrollo Social. La política que hacen es una mezcla entre lo viejo y lo nuevo. Es una transición que mezcla pragmatismo y buenas prácticas, esto habla bien del Gobierno porque entiende que no puede hacer todo rápido porque tiene legados de prácticas populistas que son imposibles de discontinuar”.
“Cambiemos tiene un expertise, una capacidad de administrar elecciones como se hace en el siglo 21, no hay fuerza en América Latina con esa capacidad, con campañas de precisión mediante redes sociales y Big Data”, apuntó.
“Hoy el poder no depende de los partidos, ni de los sindicatos, ni de los viejos medios de comunicación, hay otras formas de generar poder y afinidad entre candidatos y electores distintos. No miren la historia para saber lo que viene, si se van a equivocar no es por los mismos errores del pasado, porque son juegos distintos”, distinguió.
“El Presidente tiene la obsesión de poner a la Argentina en el plano internacional y ha hecho un gran esfuerzo para eso. Ha viajado, han venido casi todos los grandes líderes del mundo a la Argentina, hay una intención muy fuerte de conseguir inversiones, de negociar con todos. Macri es un pragmático, negocia”, definió.
“El Gobierno tiene una determinada presencia en Diputados pero va a tener que negociar, y en el Senado, como se rompió el peronismo, hay 9 senadores del kirchnerismo, hay otros que votaban consistentemente con Cristina y la pregunta es cómo van a votar ahora. Cuando uno ve el peronismo no K, junto a Cambiemos pueden dominar tranquilamente al Senado, con lo cual acá tampoco aparecen demasiados inconvenientes”.
“Cambiemos resolvió el problema de debilidad original y el de la expansión geográfica. Hoy Cambiemos es una fuerza en todo el país. Cristina tiene problemas de todo tipo, el más importante que se desgastó su liderazgo, a su provincia no puede volver, en Buenos Aires es líder en parte del Gran Buenos Aires, pero no en toda Buenos Aires, está muy debilitada, ella se convirtió en un obstáculo para el PJ que no la reconoce como líder. Tiene un problema también, que le cayó mucho la presencia nacional, porque ella pensaba que era ella y en realidad era la Presidencia y los recursos que ella utilizaba. Era la Presidencia, la cadena, la plata lo que permitía expandirse hoy es una líder mucho más reducida y por supuesto fragmenta la oposición y con eso le facilita mucho el camino al Presidente. Eso sin contar los problemas que tiene en la Justicia. No hay manera de que se recupere”, advirtió.
“El peronismo tiene su mayor crisis desde el 1983 a la fecha, con algunos Gobernadores que han perdido elecciones en algunos distritos como Chaco, La Rioja, con una circunstancia interesante que de las siete provincias demográficamente más significativas, el peronismo pierde en seis, excepto Tucumán, pierde en provincia de Buenos Aires, Santa Fe, Córdoba, Mendoza, Entre Ríos. Se convierte en un partido de la periferia y eso le dificulta mucho las chances de volver a ganar una elección. El peronismo tiene un pilar territorial que son los intendentes, otro pilar son los legisladores, el sindicalismo que pesa menos que antes pero sigue teniendo un poder y los movimientos sociales, que en la medida en que sigamos teniendo un 28 o 30% de pobreza y gente informal, ahí vamos a tener una base donde los movimientos sociales sigan teniendo influencia. Con esto no basta para tener un partido, hace falta un líder y sin líder todo esto se va diluyendo”.
Reformas
“Si Argentina quiere crecimiento económico sostenido, tiene que lograr mayor PBI per cápita y mejorar la posición internacional, hay que ir hacia ciertas reformas. Hay un paquete que tiene que ver con la cuestión fiscal. Muy importante, donde está la Ley de Responsabilidad Fiscal, una reforma fiscal importante, hay un esquema orientado a mejorar el esquema tributario, a sacar los impuestos más distorsivos, el impuesto al cheque y reducir Ingresos Brutos. Hay un paquete vinculado a la Seguridad Social y al Empleo, blanqueo y sobre todo bajar los costos de litigios y mejorar un poco la competitividad en materia de costo laboral. Hay un paquete que se va a presentar el año que viene cambio en el sistema de votación, en el Código Penal, institucional y político. Todo esto tiene una visión muy minimalista, ninguno soluciona el problema, son todos pasos intermedios, el Gobierno propone un sendero de reformas permanentes. Un horizonte de seis años, cuando termine el segundo mandato de Macri, el va a tener mucho más ordenado todo. Y es el primer paso. Macri se parece más un líder que flota en la realidad y trata de hacer lo correcto con bastante oportunismo y pragmatismo, que a un gran transformador en contra de los deseos de la sociedad. Hay dudas que tienen que ver con los personajes, con la sociedad y con la propia lógica de reforma. Son preguntas distintas que apuntan al éxito eventual que puede llegar a tener este proceso con este nuevo Presidente que hay que ver efectivamente que es”, aseveró el analista político Sergio Berensztein en el cierre del Observatorio Político de CADAM 2017.